No me da tiempo a escribir.
Ayer conocí a una chica cubana que me contó cuánto le había costado adaptarse al estilo de vida europeo y más al desenfreno de Madrid. Y me dio una envidia sana cuando de Cuba me habló. – Allá todos están relajados. Ya da igual que estén en paro, que no tengan para comer. En La Habana desde que se despiertan…aquello es una fiesta. Salen a tocar, a bailar. Todo el día en la calle. Constante alegría. Y pueden vivir 25 en un mismo cuarto. Pero allá da igual. Ellos allá Viven. –
Y se me quedó grabado. –Viven.– Y a mi no me da tiempo a escribir.
Pero no es solo que a mí no me de tiempo a escribir. Ojalá fuera para todos sólo eso.
Así se nos pasa la vida. Durmiendo poco, trabajando mucho. Corriendo de metro en metro. Enganchados a un reloj, donde el tiempo transcurre a toda velocidad y el paso de sus números es imparable.
-Llego en tres minutos. No me da tiempo. Hay atasco. Salí más tarde. Sólo tengo media hora para comer. Tengo que recoger a los niños. ¿Puedes ir a buscarme?. Está lloviendo. Me he empapado. No viene el autobús. Después tengo clase de inglés. Voy a salir más tarde, tengo mucho trabajo. Hoy he llegado tarde. Estoy extresada.-
Y así todo el rato. Y da igual que adores tu trabajo, o que no lo hagas. Da lo mismo que tengas tiempo para tus hobbies porque al final también acaban estando atados a un reloj. A veces las cenas con amigos, se convierten en compromisos. Aunque no quieras.
Porque así nos han enseñado. A vivir corriendo. A pensar más en las obligaciones que en los deseos. A dormir poco y soñar menos. En vez de a disfrutar mucho y sonreír más.
Por eso os animo a que lo intentemos. Realicemos nuestras obligaciones, sí. Pero por favor vamos a intentar levantarnos bailando, a intentar caminar sin pisar las líneas de las baldosas. Vamos a enseñar los dientes al sonreír. Y compremos un bonito reloj para montarnos en sus agujas como si fuera una noria.
Hoy no quiero ser el conejo de Alicia. Y vosotros, tampoco.
¡Qué bonito! Y cuánta razón hay en tus palabras. Vivimos, por llamarlo de alguna manera, esclavos del reloj y del tiempo. Saltamos de una cosa a otra sin pararnos a disfrutar y a saborear lo que hacemos. Somo autómatas la mayor parte del tiempo, y deberíamos ser conscientes de ello para poder cambiarlo.
¡Feliz fin de semana!
Patri.
Me gustaMe gusta
Gracias Patri!!
Este finde a no mirar el reloj!
Feliz Viernes.
Me gustaMe gusta
Midori… aquí, en La Habana… hay de los 2 tipos.
Me gustaMe gusta
Te creo. Solo utilicé un cachito de una conversación. Me encantará ir.
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Me ha encantado! Qué buen rollo dan tus entradas, así da gusto.
Un saludo y será un placer seguirte 😉
https://twocentsinmypocket.wordpress.com/
Me gustaLe gusta a 1 persona
Mil gracias Mrs.Twocents!!
Nos leemos!!!
Feliz Lunes 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona